La Iglesia enseña que el matrimonio es un sacramento sagrado, y por ello, la unión entre un hombre y una mujer es vista como un compromiso indisoluble, reflejo del amor de Cristo por su Iglesia. Sin embargo, en el mundo actual, muchas personas enfrentan la dificultad del divorcio. Cuando este ocurre, es importante, ante todo, buscar el perdón y la reconciliación con Dios, si es que ha habido algún daño o fallo moral en esa relación anterior.
En cuanto a tu situación actual, si ya te has vuelto a casar, te animo a que, ante todo, busques la paz interior y la cercanía con Dios en este nuevo matrimonio. Si no has tenido la oportunidad de hablar con un sacerdote sobre tu situación, te sugiero que lo hagas. El sacerdote podrá guiarte con más profundidad, ayudándote a discernir si tu nuevo matrimonio es válido a los ojos de la Iglesia y si es posible recibir los sacramentos, como la Eucaristía, que es una fuente de gracia para seguir viviendo en el amor de Cristo.
Si bien la Iglesia no reconoce la validez de un segundo matrimonio mientras el primero siga considerado válido, te invito a que te acerques con humildad a Dios. En ocasiones, si existen razones legítimas para declarar la nulidad del primer matrimonio, la Iglesia puede ayudar en ese proceso, lo que abriría la posibilidad de vivir tu nueva unión plenamente según las enseñanzas católicas.
Lo más importante es que en todo momento busques la voluntad de Dios, que se refleja en el amor, el perdón y la reconciliación. A lo largo de tu vida, nunca dejes de acercarte a Él en oración y en los sacramentos, que son el alimento que sostiene nuestra alma. Él conoce tu corazón y te ama profundamente, y te guiará si te entregas a su voluntad.
Que el Señor te conceda paz, sabiduría y fortaleza en este camino. Si deseas, puedo acompañarte en oración por la gracia de Dios para ti y tu familia.