El abandono paterno puede ser una experiencia muy dolorosa y desafiante. En estos momentos, es importante recordar que Dios nuestro Padre celestial siempre está presente y dispuesto a brindarte consuelo, amor y apoyo incondicional.
Es comprensible que esta situación pueda generar sentimientos de tristeza, soledad, enojo o confusión. Es fundamental que busques apoyo en personas de confianza, como familiares, amigos, líderes religiosos o consejeros, para que te acompañen y te ayuden a sobrellevar esta carga emocional.
Además, la oración puede ser un poderoso recurso para encontrar consuelo y fortaleza en medio de esta situación. Puedes hablar con Dios en tus propias palabras, expresar tus sentimientos y preocupaciones, y pedirle que te guíe y te sostenga en este momento difícil.
Recuerda que eres amado incondicionalmente por Dios y que Él nunca te abandonará. Confía en Su amor y en Su plan para ti, y busca apoyo en la comunidad cristiana para seguir adelante con esperanza y fe.
Para fortalecer un hogar y prevenir el abandono, la oración es una fuerza poderosa. Une corazones y nos da paciencia y comprensión, esenciales en cualquier relación. Orar juntos, ya sea en familia o por el bien de la familia, permite que Dios nos inspire su amor, otorgándonos sabiduría para resolver conflictos, tolerancia para comprender a los demás y fuerza para superar las dificultades. Además, el perdón es esencial. A menudo, el orgullo y la falta de perdón desgastan a la familia, separando a sus miembros unos de otros.
Al confiar en el amor de Dios y sacrificarnos unos por otros, los lazos familiares se vuelven más fuertes y el abandono ya no es una tentación. Entregad vuestro hogar a Dios, y Él estará con vosotros para sostener el amor y la fidelidad en el corazón de todos.
Te compartimos la reflexión de una hija que fue abandonada por su padre.
Es el peor castigo que se le puede dar a los hijos. Él se lo pierde" me dijeron toda mi niñez ante cada lágrima que derramaba por él. Porque yo no tenía un papa como mis amigas.
Cada ausencia, cada logro donde mis ojos lo buscaron, sin éxito en cada rincón.
"Él se lo pierde" le dijeron a mi madre.
Mientras enloquecía e intentaba hacerme creer que no era tan grave. Mientras dos manos no le alcanzaban para sostener tanta soledad. Mientras intentaba desaparecer cuando yo me ponía triste.
"Él se lo pierde" nos dijeron.
Y nos mintieron!!
Él no se perdió nada.
Él viajó.
Él amó.
Él construyó una nueva vida.
Él disfrutó.
Él vivió la vida que quiso.
Él fue feliz.
El disfruto su dinero.
Él se despertó sin preocupación de llevarnos a la escuela.
Él no se preocupó por estar ahí cuando llegaba de la escuela.
Él no se quedó sin un bocado de su boca para dármelo ami.
El no tuvo interés por mi salud.
Él no se interesó que color era mi favorito.
El no curo mis raspones de mis caídas.
El no estuvo en mis días tristes.
Él no se dio cuenta que no me iba tan bien en mi vida.
Fue feliz a costa de nuestras noches de insomnio, de terror, de pánico.
A costa de que pasáramos carencias emocionales. De que nos falte todo.
A costa de nuestra felicidad, de nuestra salud.
Él no se lo perdió.
Nosotras nos lo perdimos.
Nosotras teníamos derechos y él obligaciones.
Porque la persona que abandona no pierde, se libera de obligaciones, se libera de estrés, se libera de preocupaciones. Y en sus elecciones, eligen no llevar a sus hij@s nunca más a un cumpleaños,
Ni de vacaciones, ni comprarles un regalo para una amistad, ni ir a pedir la beca para el colegio, ni pagar un campamento de verano, ni venir a un cumpleaños (o llamar), ni a cuidar una fiebre,
Nada...
Y esto muchas veces sucede antes del abandono físico. Varones que les cuesta hacerse cargo de la paternidad. Aunque la hayan deseado. Que no saben cómo. Que ni se les cruza por la cabeza dejar de salir o de ir a jugar al fútbol porque la o el niño está enfermo.
Dejemos de victimizar y de romantizar el abandono. Porque a la frase "él se lo pierde" hasta le falta un "pobre" adelante. Como si fuese una injusticia del destino, algo que les ocurre a los hombres y no pueden manejar y pobres, ellos se lo pierden.
No…!!! Basta!!!
El abandono es abandono, por qué piensan que, comprando regalos, comida o lo necesario para su hij@ ya cumplieron.
Y no… les haces falta tu. Le hace falta una familia.
Y eso tú “pobre hombre” decidiste negárse.